El museo, como institución moderna occidental, surgió a inicios del siglo XVIII con la Ilustración -proceso amparado en la razón para el ejercicio del poder y la autoridad-. Durante muchos años los museos construyeron los discursos idóneos de cada nación al promover que sus visitantes se sientan parte de una comunidad.
En los siglos XVII y XVIII el coleccionismo se convirtió en el centro de la investigación occidental, al ser una práctica que promovió sistemas de búsqueda y clasificación de objetos. Estos eran vistos como portadores de información sobre la ciencia, la cultura, el paisaje y la industria.
En América Latina, los museos nacionales se desarrollaron durante los siglos XIX y XX para exaltar el pasado heroico de las nacientes repúblicas. Sin embargo, conservaron valores y herencias coloniales en un discurso de dominación promovido por las élites, que acrecentó la segregación de otras identidades y minorías.