La República trajo pocos cambios en las formas feudales de trabajo, pero con la Revolución Liberal aparecieron las primeras asociaciones obreras y se dictaron leyes que eliminaron paulatinamente las formas coloniales de explotación laboral. En 1925, con la Revolución Juliana, se evidenció una evolución en los derechos laborales, que culminó con la aprobación del Código del Trabajo en 1938.
Antes de la Primera Reforma Agraria de 1964 en el Ecuador, la tenencia de la tierra aún mantenía formas de producción de herencia colonial. La concentración de los recursos territoriales en pocas manos o latifundio, provocó una extrema desigualdad en la distribución de los ingresos. En 1973 se emitió una nueva Reforma Agraria, con la que el proceso de descentralización de la tierra y el fortalecimiento de sectores afectados avanzaron notablemente.